lunes, 23 de enero de 2017

Técnica XVII: Canalización Intraósea en Pediatría

La cavidad medular de los huesos largos está ocupada por una extensa red de capilares sinusoides que drena en un seno venoso central, de tal manera que la punción intraósea equivale a la canalización de una vena periférica de mediano calibre.
La principal ventaja es que se consigue un acceso vascular rápido en situaciones de emergencia como el shock o parada cardiorrespiratoria, pues no se colapsa; pero se trata de un acceso vascular provisional y no debe mantenerse más allá de 12 horas.


Indicaciones
• Necesidad de infusión vital de líquidos/fármacos e imposibilidad de canalizar una vía periférica tras 90-120seg de intento.
Contraindicaciones
• No existen contraindicaciones absolutas del procedimiento en sí pero, en el caso de sospecha de fractura ósea, infección, quemadura o celulitis de la zona de punción, se debe seleccionar otra zona para canalizar el acceso.
Material
El material necesario son las agujas intraóseas de 18-20G en lactantes y de 12-16G en >2 años. Existen modelos con sistema automático de disparo. Además, se necesitan guantes y gasas estériles, solución antiséptica, lidocaína 1-2%, suero salino fisiológico, agujas, jeringas y sistema de infusión.
Lugar de punción

Procedimiento
• Utilizar guantes estériles y limpiar la zona con la solución antiséptica.
• Si el paciente está consciente, infiltrar la piel y tejido celular subcutáneo hasta periostio, con 1-3ml lidocaína 1-2%.
• Colocar la pierna sobre una superficie dura, en rotación externa.
• Con la mano dominante, sujetar la aguja de punción de manera que la empuñadura quede situada en la eminencia tenar y la aguja, sujeta por los dedos índice y pulgar, aproximadamente, a 1cm de la punta.
• Insertar la aguja perpendicular al hueso, con una presión fuerte y firme, hasta que se note un cambio de resistencia, que indica que se ha atravesado la cortical. En ese momento la aguja debe quedar bien anclada.
• Retirar el fiador, comprobar la posición e infundir 2-3ml de SSF. No se debe notar resistencia al paso ni extravasación de líquidos al tejido celular subcutáneo. (Si al aspirar se extrae sangre o médula ósea se confirma la buena situación de la aguja pero sólo ocurre en un pequeño porcentaje de los casos).
• Fijar el sistema a la piel e iniciar infusión de líquidos o fármacos tras bolo inicial de 10ml para acelerar la llegada de la medicación a la circulación sistémica.
Complicaciones
Es una técnica segura. La tasa de complicaciones graves es < 1%.
• Fractura ósea. La complicación más grave de la fractura sería la lesión del cartílago de crecimiento.
• Sídrome compartimental como consecuencia de la extravasación de líquidos; por tanto, se debe examinar periódicamente el miembro para detectar edema o tumefacción.

• Necrosis de la piel, osteomielitis y abscesos subcutáneos.

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